FACIMU ROTA es una experiencia narrativa que nace en el sur de Italia, en una Calabria maravillosa y una comunidad llena de historias como Sant'Onofrio - Vibo Valentia, a orillas del mar tirreno.
Se asomaba la primavera del año 2016, cuando Maurizio Agostino de GAIA CALABRIA, se acercó a nosotras para pedirnos ayuda con un documental sobre agricultura biológica. Nos contó historias hermosas de semillas antiguas, producción orgánica y campesinos que resisten a la crisis con sabidurías tradicionales. La propuesta era tentadora, pero no teníamos tiempo para hacerlo y los recursos eran insuficientes. Así que le ofrecimos hacer una experimentación, un laboratorio transmedial, donde podamos descubrir la magia del territorio con la gente del lugar, que ellos mismos puedan observar con nuevos ojos su realidad cotidiana y narrar sus propias historias, utilizando múltiples medios y formas expresivas.
Su primera reacción fue, ¿pero de qué me están hablando? Yo no puedo ir a decirle a Pino "il contadino" que vamos a hacer "transmedia storytelling". Ese lenguaje no se comprende. Aquí nosotros hablamos con palabras concretas: tomate, berenjena, cebolla... palabras de la tierra. No entendemos de esas tecnologías.
Entre dos paraguayas, una mongola y una indonesa, intentábamos encontrar formas diferentes de decirlo en italiano, para hacernos comprender... Pero estaba difícil, aunque parecía tan fácil... Idas y vueltas de preguntas, hasta que Maurizio hizo click :) Ho capito! ♪♫♮Nescimu fora e facimu rota!♪♫♮Lo que ustedes quieren es bailar con nosotros, como si fuera una ronda de tarantella.
Fue un momento iluminante, era la mejor metáfora para entender un proceso creativo colectivo.
¡Siii! Dijimos nosotras, ¡de eso se trata! De volver a la comunidad, bailar con la comunidad, darle sentido al estar juntos.
Contar historias transmediales es tan sencillo como bailar en una ronda de tarantella. Todos los ritmos y movimientos valen, l'organetto, la chitarra, il tamburello, todos los sonidos aportan... porque todos tenemos algo que compartir, algo que contar, algo que celebrar, algo que denunciar. Todos somos parte protagónica de las historias de nuestra comunidad.
♪♫♮
Tant’anni arrétu ’nta chistu pajsi,
canzuni, tarantelli e risati.
Nuddhu era baruni o marchisi
ma tutti quanti facìanu scialàti.
Ora no nc’è ’llegrìzza d’intr’ê cori,
no ’nc’è armunia, no ’nc’esti caluri.
E ’u pajsi chjànu cjànu mori…
’A ggenti non è cchjù com’era ajéri!
Nescìmu fora e facìmu rota,
e sutta ’a luna di jancu pittàta,
sentimu ’i vecchj cunti di ’na vota,
facìmu festa tutta la nottata.
♪♫♮
Así nació FACIMU ROTA, del nombre de una tarantella en dialecto calabrés, que cuenta la historia de cómo era antes en el pueblo, "cuando había canciones, tarantellas y risas, cuando ninguno era barón ni marqués y todos estaban contentos. Ahora ya no está la alegría dentro de los corazones, no hay armonía, ni calor y el pueblo despacito va muriendo... La gente ya no es como era ayer". Luego el estribillo invita a volver a salir afuera, "hacer la ronda, escuchar bajo la luna los cuentos de otros tiempos y hacer fiesta toda la noche, porque la vida no se vive otra vez".
Las historias están por todos lados, son como mariposas de colores, libres y auténticas. No pueden ser capturadas de una sola forma, con un solo color, con una sola voz. Por eso nos gusta tanto descubrir lo que ya existe en cada lugar y se narra cotidianamente, con música, con imágenes, con acciones y encuentros, con movimientos, con paisajes, todo cuenta algo y todas las personas necesitan ser escuchadas y valoradas en sus potencialidades creativas. A nosotras solo nos toca tejer con curiosidad y amor lo que ya está ahi, lo que emerge y clama ser parte de los recuerdos de la comunidad.
Fue así que descubrimos la comunidad de Pino il Contadino, Scrisi (el lugar de la anti crisis), donde están recuperando los granos antiguos de trigo para recordar el sabor del pan y la pasta de antes de los transgénicos y los agroquímicos industriales. Conocimos al molino de un sobreviviente de la mafia calabresa, internacionalmente conocida como 'Ndrangheta, con quien aprendimos el proceso de producción artesanal de los diferentes tipos de harinas molidas a piedra. Nos enamoramos de un panadero que preserva viva una levadura de masa madre de más de 100 años, herencia de su abuela. Amasamos panes a la madrugada en la panadería del pueblo y nos conmovimos con todos los señores llorando, al amanecer, cuando salían del horno sus primeros hijitos panes, hechos con la receta antigua, la masa madre centenaria, la harina artesanal del grano recuperado, el aroma y el sabor de su niñez. Adelina con sus hijos nos contaron de las deliciosas cebollas rojas de Tropea, que bailaron contentas al ritmo de tarantella, con técnicas de stop motion.
Todo esto y mucho más, es lo que ocurre en un Laboratorio Narrativo Transmedial, donde la propia experiencia crea los guiones de las historias que queremos contar.
Mejor te lo mostramos en este corto audiovisual, que introduce los distintos capítulos, del entramado de historias que tejimos en el territorio, utilizando diferentes herramientas narrativas y participativas, editado al ritmo de la tarantella calabresa "Facimu Rota".
Aquí podés ver más fotos del proceso del laboratorio: